sábado, 20 de noviembre de 2010

Ciudad de Trujillo , Peru



A Trujillo se la conoce como la "Ciudad de la Eterna Primavera", "Capital Nacional de la Marinera" y como "Capital de la Cultura del Perú"; epíteto ganado por la considerable cantidad de eventos culturales de alcance nacional e internacional que se desarrollan en la ciudad, entre los que destacan, el “Concurso nacional de marinera”, el “Festival internacional de la Primavera.
A nivel metropolitano, Trujillo cuenta con dos zonas arqueológicas, donde alberga importantes monumentos precolombinos como son Chan Chan, la ciudadela de barro más extensa del mundo antiguo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986; también, las huacas del Sol, la pirámide de barro más grande del Perú y de la Luna.


El centro de la ciudad está poblado de diversos monumentos, entre los que predominan las edificaciones producto de la arquitectura religiosa imperante durante la época virreinal, además de casonas que datan de la misma época y de los albores de la república; cuyo distintivo son sus ventanales enrejados a manera de encaje.
El 14 de febrero de 1619 a las 11.30, Trujillo enfrentó un terremoto, que ocasionó la muerte de 400 personas y la destrucción de la ciudad. En el mar, olas gigantes dañaron todas las embarcaciones existentes. Esta dolorosa experiencia dio lugar a una singular devoción por San Valentín, en cuyo día santoral ocurrió el sismo. Ante esto, inició un movimiento que buscó su traslado hacia el oeste. Este movimiento encontró resistencia en los miembros del clero, quienes se negaron a dejar sus templos.


Luego de ello se inició un largo proceso de reconstrucción, hasta 1639 el Cabildo pidió rebajar las contribuciones, merced a la tragedia de 1619; la arquitectura también sufrió importantes cambios, dejándose de lado el estilo gótico isabelino de los primeros años, dando lugar que las iglesias nuevas fueran hechas a tres naves.
En 1625 fue creado el Seminario de San Carlos y San Marcelo y se estableció en la ciudad la Compañía de Jesús. En 1680 se funda el Convento y Hospital de los Bethlemitas. La perspectiva urbana se completa con la construcción de la Muralla que permaneció en pie por cerca de dos siglos.

Hacia fines del s. XVII, se presentaron grandes sequías y plagas que minaron la rica agricultura de la zona, causando una gran crisis económica en la ciudad, cuyo principal soporte económico era el haberse constituido como un foco productor de alimentos para el virreinato.